lunes, marzo 26, 2007

Paradita


Doña Aureliana Maldía Traigo con DNI número 66645675 y domicilio en la Avda. de los Mundanos, puerta 3, escalera 1, a fecha 26 de marzo de 2007

EXPONE:

Que habiendo perdido la autora el llamado “swing”, se dispone a realizar un viaje espiritual para encontrarlo de nuevo.

Que dicho viaje no tiene una duración determinada y que en el transcurso de éste no es condición indispensable el dejar EL MEDIO, por lo cual es muy posible que la autora se manifieste en cualquiera de sus múltiples personalidades, mediante el - nunca llamado pero lo hacemos ahora- “trolleo consentido”, ya sea con swing o sin swing.

Que las causas de la pérdida del swing no se han esclarecido todavía, pero barajamos las siguientes:

- maldehamores

- ingestión masiva de orfidales

- bloqueo mental ante dilemas metafísicos y/o preguntas sin respuesta tales como “¿dónde está la mosca, aquí o allí?”

ES POR LO QUE SOLICITA:

Que los múltiples fans de este sitio envíen sus pésames temporales y tengan conocimiento de la estaticidad del blog hasta el re-encuentro con el llamado “swing”, para así evitar manifestaciones multitudinarias que enarbolen banderas rojigualdas pidiendo actualizaciones que no serán llevadas a cabo bajo ninguna amenaza hasta la supresión del no-swing.

Y PARA QUE ASÍ CONSTE:

Lo firma con sangre B+,

en Kaleito Town a 23 de marzo de 2007

La secretaria Himconpetente.

miércoles, marzo 21, 2007

Capturing the Kaleidoscopes

Estoy apurando una copaza de vino con Sara. No la veo desde hace mucho tiempo porque hemos tomado caminos diferentes en la vida: ella, más dada hacia los bienes materiales y yo, intentando alcanzar desde siempre la vida espiritual propiamente dicha. Vaya, que soy una pringada sin coche, sin hipoteca y sin ganas para ello.

Pero para entender esta relación de amistad, cuando ya no tenemos nada en común, hay que remontarse a la guardería, donde atravesamos nuestra fase anal juntas, metiéndonos margaritas y canicas por el culo. Más adelante, nos encontraríamos en el colegio, pasaríamos los veranos en los mismos campamentos (mar, montaña y granjaescuela, la santísima trinidad de nuestros padres) y soltaríamos gallitos de pubertad en los karaokes cantando la de: ni tú ni yo nos dimos cuenta que tras sus tetas no había corazón, sólo ambición uoooouooouoooo… Y tal.

Así que ahí estoy, enfrente de ella mientras me pone al día de toda la gente que podamos haber conocido: Anita se ha casado con un moro en los Emiratos, Javi guarda una botella de JB en su cajón – sí, eso ya me lo había dicho él- y yo, me dice, yo voy a poner parquet flotante.

Comprenderíais mi entusiasmo cuando, rauda, introdujo sus manos en el bolso buscando una foto en el móvil que ilustrara mi desconocimiento sobre los tipos de parquet existentes en este mundo. Tuve que pensar en alguna noticia que darle para que cesara en su empeño. Y recordé la llamada que me hizo mi madre hace ya un par de años, cuando me contó que acababan a meter en la trena a nuestro antiguo profesor de fotografía del colegio. Por lo visto, le gustaba hacerse gayolas delante de las niñas. Así que pongo esta sordidez en conocimiento de Sara. Ambas estábamos doblemente expuestas, porque no sólo íbamos a las clases del colegio, sino que también íbamos juntas a otra clase de fotografía – de pago - en el estudio particular del pede-rasta. El diálogo que siguió tras mi noticia fue más o menos así:

- ¿Y por qué coño íbamos a esas clases?

- Supongo que por la misma razón por la que nos apuntaban a música, natación, inglés, volleyball, radio, escalada, taller de matemáticas, piragüismo, bailes regionales, teatro…

- ¡Y a “orientación”!

- Es verdad, grandes gymkhanas las de “orientación”.

- Deberíamos ser putos genios ahora.

- Y con unos cuerpos esculturales, además. ¿Qué coño ha fallado?

- Ni idea.

- Oye, ya me acuerdo de por qué nos apuntaron a esa clase en concreto.

- ¿Por?

- El profesor era amigo de mis padres.

- Vaya. No es el primer pederasta que tus padres ponen en nuestro camino.

- ¿De qué hablas?

- Del escritor ése…

- ¿Lo conociste tú también?

- Sí, claro.

- Pero ése no era pedó-filo, era un viejo verde nada más.

- Qué dices. Salió en los periódicos.

- Salió en UN periódico. Ni siquiera lo denunciaron.

- Bah. Era asqueroso.

- Es posible, lo cual no lo convierte en violador de niños.

- Si el río suena…

- Lo que tú digas.

Me acabo la tapa de patatas al aliolazo y sigo con mis teorías:

- Bueno, yo no tengo por qué preocuparme. Recuerdo que los días que dábamos esa clase de fotografía, coincidía con gimnasia y teníamos que llevar chándal por narices. Aquello era una fiesta del táctel. Y es imposible trempar con esa visión.

Testimonio: un chándal de táctel de vivos colores - una lástima que no se aprecien- salvó mi tierna infancia

- Pues yo no tenía gimnasia.

- ¿Cómo que no?

- No, yo iba a la clase B.

- Ah, es verdad.

- Llevaba falditas.

- ¿Falditas de cuadros?

- Sí, joder.

- Ja-ja-ja. Señala en el muñequito dónde te tocó, Sara.

- No tiene gracia. Además no me tocó.

- Ya lo sé. En aquella época no se habría desviado aún.

- Oye, ¿quieres ver las fotos del parquet? Es que me tengo que ir en cinco minutos

- Claro.

Me las enseña. Y el hueco del salón donde va a ir el sofá. Y los putos pomos de las puertas. Pagamos y nos despedimos. Creo que van a pasar otros tres años hasta que nos volvamos a ver de nuevo.

jueves, marzo 08, 2007

España para los españoles

Durante estos días la gente está muy alterada. En las manis ya no se ven pañuelos palestinos, si no señoras con sus abrigos de visón que se nota que se han acicalado ya cuando cantan los pajaricos y que, sin mediar palabra, te ponen las manos tiznadas en blanco en medio de tu cara de nihilista.

Todo este asunto de la dieta de Chaos nos está alienando, os lo digo de verdad. Yo no hago más que escuchar ese nombre del infierno. Chaos, Chaos. Chau. Ah, ¿Que te vas? No, ¡que es una vergüenza! Y vuelta a empezar. Estamos dejando a un lado las cosas importantes: el paro, la especulación, los enanos y una posible invasión extraterrestre.

Kenneth Jonson lo sabía, sabía que cuando llegaran los lagartos íbamos a darles caña, que unos putos bichos verdes no nos quitarían nuestro vino peleón. Aquí os dejo la mítica intro de la serie V, donde queda claro que la resistencia de Córdoba los tiene cuadrados. Ésta es la situación de la guerra esta noche:


Siguiendo con la Sci-fi, un párrafo de Lem que se sitúa en la Tierra dentro de varios siglos, también me ha calado. Hall Bregg vuelve de las estrellas ciento veinte años más tarde y se encuentra con que toda la población, menos él y los pocos tripulantes que sobrevivieron al megaviaje, han sido betrizados. La betrización es algo así como una vacuna que se les pone a los niños nada más nacer. Anula cualquier capacidad violenta del individuo y te hace un flojeras acaramelado. Eso sí, no hay guerras en el mundo y todos son muy felices.

Por supuesto que, antes de implantarla, tuvieron que vencer a la resistencia. Y ahí es donde entra nuestra amada patria tocapelotas. El protagonista empieza a leer libros de historia y se encuentra con esto:

Un equeño ensayo sociográfico de Murwick contenía numerosos datos interesantes sobre el movimiento de resistencia contra la betrización, violento en sus comienzos. El más pertinaz había correspondido a países con una larga tradición de luchas sangrientas, como España y ciertos estados de Hispanoamérica.

Qué decir, a mí se me ponen los pelos de punta sabiendo que, ya sea contra los lagartos o contra la betrización, Spain is represented. Por favor, si tienen un hueco en alguna peliculilla de ciencia ficción, inclúyannos, incluyan la caspa, incluyan el elemento bizarro tan manchego, tan apañol.


Miguel Bosé avala la petición